POSICIÓN DEL PADRE
Significado oriental unido a la palabra "Padre". La idea oriental de la familia es un pequeño reino en sí mismo, sobre el que el padre es el jefe supremo. Cada compañía de viajeros, cada tribu, cada comunidad, cada familia, debe tener "un padre" como cabeza del grupo. Se dice que un hombre es "el padre" de lo que el inventa. Yubal "fue padre de todos los que tocan la lira y la flauta". Yabal fue el "padre" de todos los que "habitan en carpas y entre rebaños". (Bereshit/Génesis 4:20-21). Porque él era el preservador y protector, Yosef dijo que Elohim lo hizo "padre de Faraón" (Bereshit/Génesis 45:8). La mente oriental no puede concebir que ningún grupo o cuadrilla deje de tener alguien que sea el "padre" de ellos.
Supremacía del padre bajo el sistema patriarcal. Bajo la administración patriarcal el mando del padre es supremo. La autoridad del padre se extiende a su mujer, sus hijos, sus nietas, sus siervos y a toda la familia, y si él es el jefe, su autoridad se extiende a la tribu. Muchos de los árabes beduinos actuales no tienen otro gobierno más que el patriarcal. Cuando Avraham, Yitzjak y Yaakov vivían en tiendas en la Tierra Prometida, se gobernaban por el mismo sistema. Y cuando la ley de Moshe fue dada a Yisrael, la autoridad de los padres y específicamente la del padre, aún se reconocía. Uno de los Diez Mandamientos es "honra a tu padre y a tu madre" (Shemot/Éxodo 12). En muchos casos el padre era la corte suprema de apelación asuntos domésticos.
Sucesión de Autoridad. En la mayoría de los casos la gran autoridad que el padre tenía, la pasaba a su hijo mayor, el primogénito, quien tomaba el puesto de jefe a la muerte de su padre. Así Yitzjak vino a ser jefe de la familia de su padre a la muerte de éste. Él y Rebeca habían vivido en la familia bajo la autoridad de su padre; pero la sucesión de la autoridad pasó a él como hijo primogénito. Yishmael, que era el de la sierva, no recibió herencia (Bereshit/Génesis 25). En algunos casos el padre delegaba la sucesión de autoridad en otro que no fuera el mayor, cuando algo descalificaba al primero, como cuando Yitzjak la delegó en Yaakov en lugar de Esaú (Bereshit/Génesis 27).
Reverencia de los niños para el padre. La reverencia de los niños para sus padres, y especialmente para el padre, es casi universal en Oriente, aún en la actualidad. Entre los árabes, muy raramente se oye decir que un hijo sea desobligado. Es costumbre que él salude a su padre por la mañana, besándole la mano y luego continua de pie delante de él en actitud de humildad, listo para recibir sus órdenes o esperando el permiso para retirarse. Enseguida el padre recibe al hijo en su seno.
La obediencia a los padres se requería en la ley mosaica, un hijo rebelde y desobediente podía ser castigado hasta con la muerte. (Devarim/Deuteronomio 21:18-21). El Apóstol Shaul reiteró el mandamiento de los hijos deben obedecer a sus padres (Efesiyim 6:1; Col. 3:20).
La posición de la esposa en relación con el esposo. La mujer tiene una posición subordinada a la del esposo, al menos en las labores hogareñas, si no en naturaleza. La mujer hebrea antigua no gozaba de una libertad ilimitada como las mujeres modernas de Occidente la tienen. En el Oriente el intercambio social entre los sexos está marcado con un grado de reserva no conocida en ninguna parte. El Dr. Thornpson dice: "Las mujeres orientales nunca son estimadas o tratadas como iguales a los hombres". Nunca comen con ellos, sino que al esposo y los hermanos se les sirve primero, y la esposa, la madre y hermanas esperan para tomar lo que queda. En un paseo la mujer nunca va del brazo de los hombres, sino que sigue a una respetuosa distancia; la mujer es, por regla, estrechamente vigilada y observada con celo; cuando sale, va con velo de la cabeza a los pies.
Esta actitud hacia las mujeres tiene un cierto paralelo en la Biblia. Podemos notar cómo a las esposas de Yaakov vivían en tiendas separadas a la de su marido, aunque esto también puede deberse a las rivalidades entre las hermanas y la gran cantidad de hijos. Esto está de acuerdo con la costumbre oriental. Pero a pesar de estas cosas, debe entenderse que el Antiguo Testamento no califica a la mujer como mera esclava del marido. Ella tiene gran influencia para bien o para mal sobre su marido. Y él muestra gran respeto para ella en la mayoría de los casos. Sarah fue tratada por Avraham como una reina, y en asuntos de familia ella gobernaba de muchas maneras. Avraham le dijo acerca de Agar, la madre de Yishmael, "He ahí tu sierva en tu mano, haz con ella lo que bien te pareciere" (Bereshit/Génesis 16:6). El tributo a una esposa madre hebrea en el libro de los Proverbios indica que ella era una persona de gran influencia sobre su marido: "El corazón de su marido está en ella confiado" (Mishlei/Proverbios 31:11). "Abrió su boca con sabiduría" (Mishlei/Proverbios 31:26). "Sus hijos la llamaron bienaventurada; y su marido también la alabó" (Mishlei/Proverbios 31:28).
Posición de la madre en relación con los hijos. Los niños de Oriente muestran casi el mismo respeto hacia su madre que hacia su padre. Se cree que la madre tiene derecho a ser honrada y tener la autoridad de Elohim. En realidad, al padre y a la madre se les mira como teniendo la representación de Elohim en asuntos de autoridad. Se les considera en esta posición a pesar de lo mal que puedan cumplir con sus obligaciones. Los niños hebreos tienen por lo general un gran respeto para sus madres, aun cuando lleguen a ser adultos. Esto puede ilustrarse por la gran influencia que ejercían por las reinas-madres sobre los reyes de Yahudá e Yisrael (Melajim Alef /1 Reyes 2:19; Melajim Bet /2 Reyes 11:24:12; etc.).
Posición superior de la mujer judía respecto a las mujeres paganas. La degradación de las mujeres del Oriente es asunto de conocimiento común. En muchos casos ella es muy semejante a una moza, esclava, o pasatiempo de los hombres, más que la compañera del hombre como lo es en el Occidente. Esta situación ha existido por siglos. Pero la posición de la mujer hebrea fue siempre muy superior a la de las mujeres paganas, mucho antes de que la cristiandad tuviera su origen entre ellas. Acerca de esta superioridad en relación a los árabes, el Dr. Thompson testifica:
Había entre las esposas judías el anhelo universal y alegría en la esperanza de tener hijos. El anhelo se expresaba en las palabras de Raquel a Yaakov, "Dame hijos, o si no, me muero" (Bereshit/Génesis 30:1). Yahweh había dicho originalmente a Adam y Jawa, "Sean fecundos y multiplíquense" (Bereshit/Génesis 1:28). Y la promesa a Avraham era, "Y haré tu simiente como el polvo de la tierra" (Bereshit/Génesis 13:16). La ley de Elohim enseñaba que los niños eran una señal de la bendición de Elohim: "Bendito el fruto de tu vientre" (Devarim/Deuteronomio 28:4). El salmista nos pinta a un hombre bendecido por Elohim, al decir: "Tu mujer será como parra que lleva fruto a los lados de tu casa" (Tehillim/Salmos 128:3). La esterilidad en el matrimonio se consideraba como una visitación divina de maldición. La esterilidad de Ana fue "porque Yahweh había cerrado su matriz" (Shemuel Alef 1:6). El tener un hijo después de mucho tiempo de esterilidad, como en el caso de Elizabeth, quería decir que el Eterno había quitado su afrenta entre los hombres (Luka 1:25).
Entre los árabes de la tierra de Yisrael hay siempre un deseo de parte los dos padres para que el recién nacido sea un niño mejor que niña. Una bendición al separarse con frecuencia usada por los árabes incluye la frase "Que todos tus hijos sean niños y no niñas".
Los niños son siempre más deseados porque existe la tendencia a aumentar en tamaño, riqueza e importancia el grupo familia clan. Cuando crecen y se casan, traen con ellos a sus esposas al hogar y los niños de tales uniones se perpetúan en la casa del padre, los hombres aumentan la casa, de las mujeres se piensa que las menguan, ya que cuando se casan, van a vivir a la casa del esposo.
La actitud entre los árabes de los tiempos actuales, fue siempre la actitud del pueblo hebreo del Antiguo Testamento. Había una razón que añadir por qué cada mujer hebrea que esperaba, deseaba tener un niño. Ella siempre esperaba que su hijo fuera el Mashiaj. La promesa mesiánica de la Biblia, sin duda estaba siempre en los labios de las mujeres hebreas. "No será quitado el cetro de Yahudá, y el legislador de entre sus pies, hasta que venga Shiloh" (Bereshit/Génesis 49:10). "Saldrá estrella de Yaakov y se levantará cetro de Yisrael" (Bamidbar/Números 24:17). Esto conservaba la esperanza de la venida del Mashiaj, y era causa de que las madres judías desearan un niño en cada alumbramiento, y que quizá ella pudiera ser la madre de Shiloh.
Por años los Orientales de las tierras bíblicas han cuidado los niños tal como cuando Yahshua nació. En vez de permitir al niño el libre uso de sus extremidades, se enreda de manos y pies con bandas de pañales, y así lo convierten en un bulto desvalido semejante a una momia. Al nacer, al niño se le baña y se frota con sal; con sus piernas juntas y sus brazos a los lados, es envuelto apretadamente con bandas de lino o de algodón de diez a doce centímetros de ancho, y de cuatro a cinco metros de largo. La venda también se pasa bajo su barba y sobre su frente.
El profeta Yejezquel/Ezequiel indica que estas mismas costumbres al nacimiento del niño se practicaban en su tiempo. "El día que naciste ni fuiste lavada con aguas para atemperarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas" (Yejezquel/Ezequiel 16:4). Todos estamos familiarizados con las palabras de Luka, de cómo cuidaron al niño Yahshua: "Hallaréis al niño envuelto en pañales, echado en un pesebre" (Luka 2:12).
Los niños judíos eran circuncidados a los ocho días de nacidos. El que hacía la circuncisión decía las siguientes palabras: "Bendito el Maestro nuestro Elohim, que nos ha santificado por sus preceptos, y nos dio la circuncisión". Entonces el padre del niño pronunciaba estas palabras: "Quien nos ha santificado por sus preceptos, y nos permite introducir nuestro niño en el pacto de Avraham nuestro padre". Porque se decía que Elohim había cambiado los nombres de Avraham y que le había dicho, "Este será mi pacto, que guardaréis entre mi y vosotros y tu simiente después de ti" (Bereshit/Génesis 17:10). Yahshua fue circuncidado al octavo día de su nacimiento, llamándosele "Yahshua" en esa ocasión (Luka 2:21).
Después del nacimiento, la madre judía pasaba un período de purificación de siete días por un niño; y de catorce días si era niña, Y aun después permanecía en casa treinta y tres días por un niño, y seis días por una niña. Entonces ya podía ir al templo para presentar las ofrendas por el nacimiento del niño. Si era rica llevaba un cordero como ofrenda, pero si era pobre ofrendaba dos pichones jóvenes o un par de tórtolas (Luka 2:24).
A los árabes les gusta componer los nombres que pondrán a sus hijos con el nombre de Alá. Y ésta era una costumbre muy común también entre los hebreos de incluir el nombre de Elohim como parte del nombre del niño.
Se dan aquí algunos ejemplos, de nombres hebreos que van con su significado:
Significado oriental unido a la palabra "Padre". La idea oriental de la familia es un pequeño reino en sí mismo, sobre el que el padre es el jefe supremo. Cada compañía de viajeros, cada tribu, cada comunidad, cada familia, debe tener "un padre" como cabeza del grupo. Se dice que un hombre es "el padre" de lo que el inventa. Yubal "fue padre de todos los que tocan la lira y la flauta". Yabal fue el "padre" de todos los que "habitan en carpas y entre rebaños". (Bereshit/Génesis 4:20-21). Porque él era el preservador y protector, Yosef dijo que Elohim lo hizo "padre de Faraón" (Bereshit/Génesis 45:8). La mente oriental no puede concebir que ningún grupo o cuadrilla deje de tener alguien que sea el "padre" de ellos.
Supremacía del padre bajo el sistema patriarcal. Bajo la administración patriarcal el mando del padre es supremo. La autoridad del padre se extiende a su mujer, sus hijos, sus nietas, sus siervos y a toda la familia, y si él es el jefe, su autoridad se extiende a la tribu. Muchos de los árabes beduinos actuales no tienen otro gobierno más que el patriarcal. Cuando Avraham, Yitzjak y Yaakov vivían en tiendas en la Tierra Prometida, se gobernaban por el mismo sistema. Y cuando la ley de Moshe fue dada a Yisrael, la autoridad de los padres y específicamente la del padre, aún se reconocía. Uno de los Diez Mandamientos es "honra a tu padre y a tu madre" (Shemot/Éxodo 12). En muchos casos el padre era la corte suprema de apelación asuntos domésticos.
Sucesión de Autoridad. En la mayoría de los casos la gran autoridad que el padre tenía, la pasaba a su hijo mayor, el primogénito, quien tomaba el puesto de jefe a la muerte de su padre. Así Yitzjak vino a ser jefe de la familia de su padre a la muerte de éste. Él y Rebeca habían vivido en la familia bajo la autoridad de su padre; pero la sucesión de la autoridad pasó a él como hijo primogénito. Yishmael, que era el de la sierva, no recibió herencia (Bereshit/Génesis 25). En algunos casos el padre delegaba la sucesión de autoridad en otro que no fuera el mayor, cuando algo descalificaba al primero, como cuando Yitzjak la delegó en Yaakov en lugar de Esaú (Bereshit/Génesis 27).
Reverencia de los niños para el padre. La reverencia de los niños para sus padres, y especialmente para el padre, es casi universal en Oriente, aún en la actualidad. Entre los árabes, muy raramente se oye decir que un hijo sea desobligado. Es costumbre que él salude a su padre por la mañana, besándole la mano y luego continua de pie delante de él en actitud de humildad, listo para recibir sus órdenes o esperando el permiso para retirarse. Enseguida el padre recibe al hijo en su seno.
La obediencia a los padres se requería en la ley mosaica, un hijo rebelde y desobediente podía ser castigado hasta con la muerte. (Devarim/Deuteronomio 21:18-21). El Apóstol Shaul reiteró el mandamiento de los hijos deben obedecer a sus padres (Efesiyim 6:1; Col. 3:20).
LA POSICIÓN DE LA MADRE
La posición de la esposa en relación con el esposo. La mujer tiene una posición subordinada a la del esposo, al menos en las labores hogareñas, si no en naturaleza. La mujer hebrea antigua no gozaba de una libertad ilimitada como las mujeres modernas de Occidente la tienen. En el Oriente el intercambio social entre los sexos está marcado con un grado de reserva no conocida en ninguna parte. El Dr. Thornpson dice: "Las mujeres orientales nunca son estimadas o tratadas como iguales a los hombres". Nunca comen con ellos, sino que al esposo y los hermanos se les sirve primero, y la esposa, la madre y hermanas esperan para tomar lo que queda. En un paseo la mujer nunca va del brazo de los hombres, sino que sigue a una respetuosa distancia; la mujer es, por regla, estrechamente vigilada y observada con celo; cuando sale, va con velo de la cabeza a los pies.
Esta actitud hacia las mujeres tiene un cierto paralelo en la Biblia. Podemos notar cómo a las esposas de Yaakov vivían en tiendas separadas a la de su marido, aunque esto también puede deberse a las rivalidades entre las hermanas y la gran cantidad de hijos. Esto está de acuerdo con la costumbre oriental. Pero a pesar de estas cosas, debe entenderse que el Antiguo Testamento no califica a la mujer como mera esclava del marido. Ella tiene gran influencia para bien o para mal sobre su marido. Y él muestra gran respeto para ella en la mayoría de los casos. Sarah fue tratada por Avraham como una reina, y en asuntos de familia ella gobernaba de muchas maneras. Avraham le dijo acerca de Agar, la madre de Yishmael, "He ahí tu sierva en tu mano, haz con ella lo que bien te pareciere" (Bereshit/Génesis 16:6). El tributo a una esposa madre hebrea en el libro de los Proverbios indica que ella era una persona de gran influencia sobre su marido: "El corazón de su marido está en ella confiado" (Mishlei/Proverbios 31:11). "Abrió su boca con sabiduría" (Mishlei/Proverbios 31:26). "Sus hijos la llamaron bienaventurada; y su marido también la alabó" (Mishlei/Proverbios 31:28).
Posición de la madre en relación con los hijos. Los niños de Oriente muestran casi el mismo respeto hacia su madre que hacia su padre. Se cree que la madre tiene derecho a ser honrada y tener la autoridad de Elohim. En realidad, al padre y a la madre se les mira como teniendo la representación de Elohim en asuntos de autoridad. Se les considera en esta posición a pesar de lo mal que puedan cumplir con sus obligaciones. Los niños hebreos tienen por lo general un gran respeto para sus madres, aun cuando lleguen a ser adultos. Esto puede ilustrarse por la gran influencia que ejercían por las reinas-madres sobre los reyes de Yahudá e Yisrael (Melajim Alef /1 Reyes 2:19; Melajim Bet /2 Reyes 11:24:12; etc.).
Posición superior de la mujer judía respecto a las mujeres paganas. La degradación de las mujeres del Oriente es asunto de conocimiento común. En muchos casos ella es muy semejante a una moza, esclava, o pasatiempo de los hombres, más que la compañera del hombre como lo es en el Occidente. Esta situación ha existido por siglos. Pero la posición de la mujer hebrea fue siempre muy superior a la de las mujeres paganas, mucho antes de que la cristiandad tuviera su origen entre ellas. Acerca de esta superioridad en relación a los árabes, el Dr. Thompson testifica:
"La posición de las mujeres entre los hebreos era más alta que entre los árabes, y el carácter de la mujer hebrea debe haber sido, realmente, tal como podría demandar respeto y sostener esta alta posición. Los árabes no pueden mostrar una lista de mujeres piadosas e ilustres como la que adorna la historia de los hebreos. Ninguna madre beduina enseñó, o pudo enseñar tal «profecía» como el rey Lemuel aprendió de la suya; ni podría el cuadro de la mujer virtuosa que se nos da en el último capítulo de Proverbios, ser copiado por un árabe. Que él así conceptuara el carácter de una mujer árabe, sería una imposibilidad moral".
NACIMIENTO Y CUIDADO DE LOS NIÑOS
Había entre las esposas judías el anhelo universal y alegría en la esperanza de tener hijos. El anhelo se expresaba en las palabras de Raquel a Yaakov, "Dame hijos, o si no, me muero" (Bereshit/Génesis 30:1). Yahweh había dicho originalmente a Adam y Jawa, "Sean fecundos y multiplíquense" (Bereshit/Génesis 1:28). Y la promesa a Avraham era, "Y haré tu simiente como el polvo de la tierra" (Bereshit/Génesis 13:16). La ley de Elohim enseñaba que los niños eran una señal de la bendición de Elohim: "Bendito el fruto de tu vientre" (Devarim/Deuteronomio 28:4). El salmista nos pinta a un hombre bendecido por Elohim, al decir: "Tu mujer será como parra que lleva fruto a los lados de tu casa" (Tehillim/Salmos 128:3). La esterilidad en el matrimonio se consideraba como una visitación divina de maldición. La esterilidad de Ana fue "porque Yahweh había cerrado su matriz" (Shemuel Alef 1:6). El tener un hijo después de mucho tiempo de esterilidad, como en el caso de Elizabeth, quería decir que el Eterno había quitado su afrenta entre los hombres (Luka 1:25).
PREFERENCIA POR HIJOS VARONES
Entre los árabes de la tierra de Yisrael hay siempre un deseo de parte los dos padres para que el recién nacido sea un niño mejor que niña. Una bendición al separarse con frecuencia usada por los árabes incluye la frase "Que todos tus hijos sean niños y no niñas".
Los niños son siempre más deseados porque existe la tendencia a aumentar en tamaño, riqueza e importancia el grupo familia clan. Cuando crecen y se casan, traen con ellos a sus esposas al hogar y los niños de tales uniones se perpetúan en la casa del padre, los hombres aumentan la casa, de las mujeres se piensa que las menguan, ya que cuando se casan, van a vivir a la casa del esposo.
La actitud entre los árabes de los tiempos actuales, fue siempre la actitud del pueblo hebreo del Antiguo Testamento. Había una razón que añadir por qué cada mujer hebrea que esperaba, deseaba tener un niño. Ella siempre esperaba que su hijo fuera el Mashiaj. La promesa mesiánica de la Biblia, sin duda estaba siempre en los labios de las mujeres hebreas. "No será quitado el cetro de Yahudá, y el legislador de entre sus pies, hasta que venga Shiloh" (Bereshit/Génesis 49:10). "Saldrá estrella de Yaakov y se levantará cetro de Yisrael" (Bamidbar/Números 24:17). Esto conservaba la esperanza de la venida del Mashiaj, y era causa de que las madres judías desearan un niño en cada alumbramiento, y que quizá ella pudiera ser la madre de Shiloh.
CUIDADO DEL INFANTE
Por años los Orientales de las tierras bíblicas han cuidado los niños tal como cuando Yahshua nació. En vez de permitir al niño el libre uso de sus extremidades, se enreda de manos y pies con bandas de pañales, y así lo convierten en un bulto desvalido semejante a una momia. Al nacer, al niño se le baña y se frota con sal; con sus piernas juntas y sus brazos a los lados, es envuelto apretadamente con bandas de lino o de algodón de diez a doce centímetros de ancho, y de cuatro a cinco metros de largo. La venda también se pasa bajo su barba y sobre su frente.
El profeta Yejezquel/Ezequiel indica que estas mismas costumbres al nacimiento del niño se practicaban en su tiempo. "El día que naciste ni fuiste lavada con aguas para atemperarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas" (Yejezquel/Ezequiel 16:4). Todos estamos familiarizados con las palabras de Luka, de cómo cuidaron al niño Yahshua: "Hallaréis al niño envuelto en pañales, echado en un pesebre" (Luka 2:12).
RITOS JUDÍOS Y OFRENDAS AL NACIMIENTO DEL NIÑO
Los niños judíos eran circuncidados a los ocho días de nacidos. El que hacía la circuncisión decía las siguientes palabras: "Bendito el Maestro nuestro Elohim, que nos ha santificado por sus preceptos, y nos dio la circuncisión". Entonces el padre del niño pronunciaba estas palabras: "Quien nos ha santificado por sus preceptos, y nos permite introducir nuestro niño en el pacto de Avraham nuestro padre". Porque se decía que Elohim había cambiado los nombres de Avraham y que le había dicho, "Este será mi pacto, que guardaréis entre mi y vosotros y tu simiente después de ti" (Bereshit/Génesis 17:10). Yahshua fue circuncidado al octavo día de su nacimiento, llamándosele "Yahshua" en esa ocasión (Luka 2:21).
Después del nacimiento, la madre judía pasaba un período de purificación de siete días por un niño; y de catorce días si era niña, Y aun después permanecía en casa treinta y tres días por un niño, y seis días por una niña. Entonces ya podía ir al templo para presentar las ofrendas por el nacimiento del niño. Si era rica llevaba un cordero como ofrenda, pero si era pobre ofrendaba dos pichones jóvenes o un par de tórtolas (Luka 2:24).
ASIGNANDO AL NIÑO SU NOMBRE
A los árabes les gusta componer los nombres que pondrán a sus hijos con el nombre de Alá. Y ésta era una costumbre muy común también entre los hebreos de incluir el nombre de Elohim como parte del nombre del niño.
Se dan aquí algunos ejemplos, de nombres hebreos que van con su significado:
- OvadYah/Abdías: "Siervo de Yahweh"
- AviYah/Abías: "Cuyo padre es Elohim"
- AzarYah/Azarías: "Ayudado por Yahweh"
- Daniyel: "Elohim es mi Juez"
- Eliyahu/Elías: "Mi Elohim es Yahweh"
- Elqanah/Elcana, "A quien Elohim creó"
- Yejezquel/Ezequiel: "Elohim fortalecerá"
- AjazYah/Ocozías: "Poseído por Yahweh"
Como se puede ver, las "traducciones" (porque ni trasliteraciones son algunas), ELIMINAN EL NOMBRE DE YAH, quitándole Su gloria.
Otra costumbre era practicada por los judíos al poner nombre sus hijos. Después del nacimiento del primer hijo, los padres eran conocidos como el padre de Fulanito, y la madre de Fulanito. Y el hijo añadía el primer nombre del padre en el suyo. Así se habló de Pedro en el idioma arameo, como "Simón Bar-Jonas" que quiere decir "Simón, hijo de Jonás" (MattitYah 16:17). Los árabes al dar tal nombre ahora simplemente omiten la palabra "hijo de" y él sería llamado "Simón Jonás".
Muchos judíos en tiempo de Mashiaj tenían nombres dobles. Así se nota en el caso de Tomás. El Evangelio de Juan, al referirse a él, "Tomás, el que se dice el Dídimo" (Yohanan/Juan 11:16). Ambos nombres quieren decir "gemelos". El nombre de Tomás era arameo, y el nombre Dídimo era griego. Cuando viajaban a países extranjeros, los judíos con frecuencia asumían el nombre griego o latino, u otro nombre que tuviera un significado similar al suyo propio. Lo que debe notarse es que SIEMPRE SE MANTENÍA EL SIGNIFICADO INTERNO DEL NOMBRE.
Los nombres judíos dados a las niñas, con mucha frecuencia eran tomados de diversos objetos hermosos de la naturaleza, o de gracias de carácter agradable. Ejemplos bíblicos son Jemima (paloma) Tabitha o Dorcas (gacela); Rhode (rosa); Raquel (cordero); Salomé (paz); Débora (abeja); Esther (estrella). Noemí dijo a las mujeres de Bethlehem, "No me llamen Naomí; llámenme Mará". Usando los significados de los nombres como los encontramos en el margen de nuestra Biblia, se leerá así: "No me llamen Agradable; llámenme Amargura" Ruth 1:20).
Se entiende muy claramente en las Escrituras que la madre se entendía con la mayor parte del entrenamiento y enseñanza de sus hijos en sus primeros años. El libro de los Proverbios habla de "Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre" (Mishlei/Proverbios 31:1). Y en lo que concierne a Timoteo; Shaul dice: "Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras" (2 Tim. 3:15). Antes, en esta epístola, Shaul se refiere a la fe de la madre de Timoteo y de su abuela (2 Tim. 1:5). Entonces los jóvenes eran enseñados por sus madres. Las hijas, sin duda quedaban bajo el cuidado y guía de sus madres hasta que se casaban. Como los jóvenes iban creciendo, entonces eran enseñados por sus padres, aun cuando nunca salieran del entrenamiento de sus madres. En el libro de los Proverbios frecuentemente encontramos referencias a la instrucción de un padre a Su hijo: "Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre" (Mishlei/Proverbios 6:20). Solamente en las familias que disponían de algunos recursos la enseñanza se confiaba a los tutores, por ser muchos los hijos (Melajim Bet /2 Reyes, 10:1.5). Las escuelas para la enseñanza de los judíos jóvenes no las hubo en operación sino hasta una fecha mucho más tardía.
Otra costumbre era practicada por los judíos al poner nombre sus hijos. Después del nacimiento del primer hijo, los padres eran conocidos como el padre de Fulanito, y la madre de Fulanito. Y el hijo añadía el primer nombre del padre en el suyo. Así se habló de Pedro en el idioma arameo, como "Simón Bar-Jonas" que quiere decir "Simón, hijo de Jonás" (MattitYah 16:17). Los árabes al dar tal nombre ahora simplemente omiten la palabra "hijo de" y él sería llamado "Simón Jonás".
Muchos judíos en tiempo de Mashiaj tenían nombres dobles. Así se nota en el caso de Tomás. El Evangelio de Juan, al referirse a él, "Tomás, el que se dice el Dídimo" (Yohanan/Juan 11:16). Ambos nombres quieren decir "gemelos". El nombre de Tomás era arameo, y el nombre Dídimo era griego. Cuando viajaban a países extranjeros, los judíos con frecuencia asumían el nombre griego o latino, u otro nombre que tuviera un significado similar al suyo propio. Lo que debe notarse es que SIEMPRE SE MANTENÍA EL SIGNIFICADO INTERNO DEL NOMBRE.
Los nombres judíos dados a las niñas, con mucha frecuencia eran tomados de diversos objetos hermosos de la naturaleza, o de gracias de carácter agradable. Ejemplos bíblicos son Jemima (paloma) Tabitha o Dorcas (gacela); Rhode (rosa); Raquel (cordero); Salomé (paz); Débora (abeja); Esther (estrella). Noemí dijo a las mujeres de Bethlehem, "No me llamen Naomí; llámenme Mará". Usando los significados de los nombres como los encontramos en el margen de nuestra Biblia, se leerá así: "No me llamen Agradable; llámenme Amargura" Ruth 1:20).
OBLIGACIÓN DE LOS PADRES DE CRIAR BIEN A LOS HIJOS
Se entiende muy claramente en las Escrituras que la madre se entendía con la mayor parte del entrenamiento y enseñanza de sus hijos en sus primeros años. El libro de los Proverbios habla de "Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre" (Mishlei/Proverbios 31:1). Y en lo que concierne a Timoteo; Shaul dice: "Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras" (2 Tim. 3:15). Antes, en esta epístola, Shaul se refiere a la fe de la madre de Timoteo y de su abuela (2 Tim. 1:5). Entonces los jóvenes eran enseñados por sus madres. Las hijas, sin duda quedaban bajo el cuidado y guía de sus madres hasta que se casaban. Como los jóvenes iban creciendo, entonces eran enseñados por sus padres, aun cuando nunca salieran del entrenamiento de sus madres. En el libro de los Proverbios frecuentemente encontramos referencias a la instrucción de un padre a Su hijo: "Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre" (Mishlei/Proverbios 6:20). Solamente en las familias que disponían de algunos recursos la enseñanza se confiaba a los tutores, por ser muchos los hijos (Melajim Bet /2 Reyes, 10:1.5). Las escuelas para la enseñanza de los judíos jóvenes no las hubo en operación sino hasta una fecha mucho más tardía.
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FUENTES CONSULTADAS:
Las Escrituras
"Usos y Costumbres de las Tierras Bíblicas", de Fred H. Wight
"Usos y Costumbres de las Tierras Bíblicas", de Fred H. Wight
Muchos más que han sido lectura durante el camino y que hoy no recuerdo específicamente por nombre
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Publicado por: Anunciadora de Sión

SOY CREYENTE EN YAHSHUA
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